La serie  'Humanos de Port Cities' presenta una mirada personal a la vida de nuestros miembros, para celebrar la diversidad y singularidad de las personas que construyen la magia detrás de las computadoras. En la serie, cada ser humano de Port Cities nos contará una historia que ayudó a convertirlos en la persona que son hoy.

Ivana Bartonkova - Directora de Marketing de Port Cities

 Siempre me han encantado los perros. Grandes, pequeños, esponjosos, de pelo corto. Todos ellos.

Estaba (y todavía lo estoy) fascinada por su espíritu desinteresado, su dedicación, impulso, entusiasmo por cosas, lugares, personas y otros animales nuevos. Son los amigos ideales de por vida. No importa si llueve o hace sol, si estás de vacaciones, o muy ocupado en el trabajo, ellos están contigo, para ti.

Muchas personas tienen perros porque son lindos, son buenos amigos y la vida con un perro es un poco mejor. Mi perra, Meggy, significa mucho más para mí que una mascota que te saluda cuando llegas a casa.

Meggy ha sido mi amiga durante los últimos 14 años. Lo hicimos todo juntas. Íbamos a caminar, a correr, a nadar, a pasear en bicicleta, de vacaciones, etc. Viajamos juntas por varios países, hicimos turismo juntas en un castillo de Praga, escalamos una de las montañas más grandes de Eslovaquia y tomamos un crucero en barco por Croacia.

Más importante aún, cuando pasamos tiempo juntas, aprendimos la una de la otra. Le enseñé trucos y a superar obstáculos. Le encanta aprender, y le enseñé a hacer cosas interesantes, como pararse sobre sus patas delanteras, a dar cualquiera de sus 4 patas, traer un teléfono que suena o una servilleta cuando se necesita. Tiene una memoria increíble y simplemente le encanta explorar cosas, lugares y posibilidades nuevos.

La gente suele pensar que entrenar a un perro es un proceso en el que el perro aprende y el adiestrador simplemente lo guía y lo recompensa con un premio una vez que el perro hace lo que quiere.

Debo decir que Meggy me enseñó mucho más de lo que yo le enseñé a ella. Estas son las 5 lecciones principales que me dio:

Ella me enseñó que capacitar no significa dar conferencias, sino guiar al alumno a través del proceso

Cuando le estaba enseñando a “hacer el pino” (pararse con las patas delanteras), durante mucho tiempo no pudo entender lo que quería de ella. Yo levantaba la parte trasera de su cuerpo y le daba premios, pero ella no conectaba el levantamiento de esa parte específica del cuerpo con el premio. Solo pensó que estaba recibiendo los premios porque me dejó guiar su cuerpo.

Me di cuenta de que no era el camino correcto y tuve que re pensar cómo le enseñaría este truco. Necesitaba encontrar una manera de dejarla descubrir qué tenía que hacer con su cuerpo. Preparé una pila de libros y la guié para que retrocediera hasta esa pila. En el momento en que ella comenzaba a levantar la parte trasera de su cuerpo en el aire para subir a la pila de libros, la elogiaba y la recompensaba. Esa era la diferencia: necesitaba aprender haciendo ella misma, no siendo puesta en la posición por alguien externo. A partir de este momento, le tomó solo un poco de tiempo dominar el soporte de la pata delantera, incluso sin los libros para sostener.

Ella me enseñó a comunicar claramente lo que tengo en mente

Necesitaba aprender a explicar (no verbalmente) lo que tenía en mente, lo que quería que ella hiciera. Si no le daba instrucciones claras, ella no sabía lo que yo esperaba. No podía decirle a la perra que "hiciera un truco al azar". La perra no sabría qué hacer. Si le decía que “rodara”, sabía exactamente lo que esperaba de ella. Dar instrucciones y expectativas claras es crucial. En la industria en la que trabajo hoy, hace la vida mucho más fácil, si puedo entender claramente las expectativas de nuestros clientes o si le doy un requisito claro al desarrollador.

Ella me enseñó que debemos disfrutar lo que hacemos

Si Meggy disfrutaba de nuestra sesión de entrenamiento, aprendía un nuevo truco en 5 minutos. Si yo hacía la lección de entrenamiento demasiado larga, o demasiado aburrida, ella perdía su atención, su impulso, y ambas estábamos amargadas por eso. Si interrumpía nuestra lección después de la mejor parte (cuando ella acaba de aprender algo, cuando todavía estaba emocionada por lo que hicimos), estaba aún más ansiosa por el próximo entrenamiento.

Ella me enseñó a empezar por mi misma

Los perros son desinteresados. No son maliciosos. Si comprenden lo que quieres que hagan y el significado de ello, te escucharán. Aprendí que si mi perra no escuchaba mis órdenes, no significaba que quisiera hacerme enojar. Simplemente no entendía, en esa situación, por qué debería regresar conmigo mientras que un conejo corriendo era mucho más interesante. Era mi responsabilidad "explicarle" o enseñarle que le daría la orden de “llamado de regreso” sólo si una situación era crítica o peligrosa. La perra era completamente normal. Yo era la que necesitaba cambiar.

Ella me enseñó la importancia del trabajo en equipo

Asistimos a decenas de competencias, carreras y campeonatos. Algunos de ellos tuvieron más éxito que otros. Aquellos que resultaron en la obtención de un trofeo tenían algunas cosas en común: ambas estábamos listas, nos sentíamos bien y sabíamos lo que teníamos que hacer. Si yo estuviera estresada, Meggy también lo estaría. Si veía que la perra estaba emocionada, yo también lo estaba. En agilidad canina, incluso si la competencia se basa en la rapidez con la que el perro atraviesa una carrera de obstáculos, y su precisión y velocidad es importante, si el guía comete un error (lleva al perro al obstáculo equivocado o simplemente no escoge el camino óptimo) puede provocar pérdidas de valiosos segundos de tiempo. De manera similar, en el trabajo en equipo, cada miembro del equipo juega un papel diferente, y solo juntos, podemos lograr grandes resultados y éxito.

Estas son las lecciones que comencé a aprender cuando tenía 13 años, pero sigo usando todas y cada una de ellas hasta el día de hoy, y me atrevo a decir más que nunca. Ser parte del cuerpo de liderazgo de Port Cities es una experiencia increíble y una gran responsabilidad. A través de las lecciones de capacitación con Meggy, he cosechado los beneficios de las habilidades de liderazgo que ella me enseñó hasta el día de hoy.